SAQUEN UNA HOJA
Primera experiencia del marcapasos. En esta oportunidad, tres cursos -cerca de veinte chicos- se sumaron y aportaron sus opiniones para nuestro proyecto. Aunque no todos los hicieron solos (el trabajo en grupo se usó mucho), si hubo quienes se sacaron la mochila, pusieron un disco en sus cuartos y solitos con su conciencia, o a lo sumo algún familiar o libro, nos brindaron su punto de vista sobre alguno de los cuatro temas planteados: Dos de actualidad (huracanes / paro docente) y dos temas generales (sexo e Internet).
La temática, se aclaró más de una vez, era libre. La forma de escribir era libre, y el formato también. Hasta el autor era libre y no había ni siquiera que escribir: una foto servía. Se les planteó a los chicos que eligieran, y que si querían producir cuatro carillas sobre el sexo y escribir una canción sobre los huracanes, ésa era su decisión.
El miércoles pasado se les plantó la idea. El lunes se recolectaron sus conclusiones, todas escritas y en general, como si respondieran una pregunta directa. Además, quienes se comprometieron, cumplieron (el clásico “me lo olvidé en casa”, estuvo presente también).
Lo que se buscaba era sinceridad y crudeza. Y en general se recibieron respuestas bastante acartonadas, como si de un trabajo práctico se tratara: Respecto a esto, quizás la culpa sea un poco nuestra, y quizás no tendríamos que esperar tanto por ser la primera vez. En fin, esto fue lo que opinaron y lo que saben los chicos sobre los temas planteados.
Trabajo Práctico Nº1: Sexo
“… A pesar de todo esto, en la adolescencia hay mucha indigencia por lo que últimamente quedan muchas chicas embarazadas”.
El tema era quizás el más áspero o “picante” para tratar, ya que, de los chicos encuestados, pocos superaban los 16 años.
Sin embargo creímos que por ser un poco tabú, sería el gran elegido para desarrollar, sobre todo por los más grandes. Y nos equivocamos.
Sólo un grupo de chicos trató el asunto, todos hombres. Es un dato para resaltar que ninguna chica haya elegido el tema, y que nadie lo haya tratado personalmente, sino que sólo haya sido abordado en grupo.
Quienes sí se animaron a opinar, encararon el sexo desde su cara más “legal”. Se habló de la desinformación, y sobre todo, del peligro de tener hijos siendo adolescentes. Esta es sin duda la cara del sexo para los chicos encuestados.
Se relacionó el tema con la pobreza y hasta se hicieron pedidos: “En los barrios más carenciados, los gobernadores tienen la obligación de poner un establecimiento donde se hable del tema”, dijeron, aunque no se deslindaron de responsabilidades: “Nosotros pensamos que los chicos/as tendrían que razonar más, porque después tienen hijos sin pensarlo y a éstos no los pueden cuidar por el hecho de ser menores”.
Hubo en algunos casos relaciones entre un tema y otro, como quien dijo, “A través de éste -por Internet- se pueden establecer relaciones sociales diferentes que van desde la compra o venta de algo hasta el sexo”.
La falta de información sobre el sexo es una falla grave. Los chicos están concientes de su desconocimiento y lo remarcan. Conocen sólo en parte las consecuencias del “sexo desinformado”: No se habló de las enfermedades de transmisión sexual.
La temática, se aclaró más de una vez, era libre. La forma de escribir era libre, y el formato también. Hasta el autor era libre y no había ni siquiera que escribir: una foto servía. Se les planteó a los chicos que eligieran, y que si querían producir cuatro carillas sobre el sexo y escribir una canción sobre los huracanes, ésa era su decisión.
El miércoles pasado se les plantó la idea. El lunes se recolectaron sus conclusiones, todas escritas y en general, como si respondieran una pregunta directa. Además, quienes se comprometieron, cumplieron (el clásico “me lo olvidé en casa”, estuvo presente también).
Lo que se buscaba era sinceridad y crudeza. Y en general se recibieron respuestas bastante acartonadas, como si de un trabajo práctico se tratara: Respecto a esto, quizás la culpa sea un poco nuestra, y quizás no tendríamos que esperar tanto por ser la primera vez. En fin, esto fue lo que opinaron y lo que saben los chicos sobre los temas planteados.
Trabajo Práctico Nº1: Sexo
“… A pesar de todo esto, en la adolescencia hay mucha indigencia por lo que últimamente quedan muchas chicas embarazadas”.
El tema era quizás el más áspero o “picante” para tratar, ya que, de los chicos encuestados, pocos superaban los 16 años.
Sin embargo creímos que por ser un poco tabú, sería el gran elegido para desarrollar, sobre todo por los más grandes. Y nos equivocamos.
Sólo un grupo de chicos trató el asunto, todos hombres. Es un dato para resaltar que ninguna chica haya elegido el tema, y que nadie lo haya tratado personalmente, sino que sólo haya sido abordado en grupo.
Quienes sí se animaron a opinar, encararon el sexo desde su cara más “legal”. Se habló de la desinformación, y sobre todo, del peligro de tener hijos siendo adolescentes. Esta es sin duda la cara del sexo para los chicos encuestados.
Se relacionó el tema con la pobreza y hasta se hicieron pedidos: “En los barrios más carenciados, los gobernadores tienen la obligación de poner un establecimiento donde se hable del tema”, dijeron, aunque no se deslindaron de responsabilidades: “Nosotros pensamos que los chicos/as tendrían que razonar más, porque después tienen hijos sin pensarlo y a éstos no los pueden cuidar por el hecho de ser menores”.
Hubo en algunos casos relaciones entre un tema y otro, como quien dijo, “A través de éste -por Internet- se pueden establecer relaciones sociales diferentes que van desde la compra o venta de algo hasta el sexo”.
La falta de información sobre el sexo es una falla grave. Los chicos están concientes de su desconocimiento y lo remarcan. Conocen sólo en parte las consecuencias del “sexo desinformado”: No se habló de las enfermedades de transmisión sexual.
Paro docente: Los que están en el medio
“…pero en fin, alguna que otra materia me llevo, pero a diciembre, no a febrero”.
El paro docente fue el tema más elegido. Los chicos reciben muchos comentarios desde varios frentes respecto a este tema y son, seguramente, los más indefensos, cuando de convencerlos se trata. Con la información que les llega desde los medios, muchos de ellos definen su postura, así como también se evidencian en éstas las opiniones de sus padres y de docentes, adheridos al paro y no.
Aunque hay una cuestión que resalta en cada uno de los escritos: Su preocupación frente a la posibilidad de perder materias por no poder acceder a un recuperatorio o a un examen postergado a causa del paro: “Por el paro, los chicos no pudieron recuperar las notas que tenían bajas para poder aprobar la materia y pasar de año”.
Además de esta cuestión, sobre las razones de los docentes en particular, el aumento de sueldo parece ser el único interés de los profesores, y parecen ser ellos además, los únicos capaces (y responsables) de terminar con la medida. “No estoy de acuerdo con el paro, porque nos perjudicamos tanto nosotros como ellos, porque a ellos les descuentan y nosotros por las notas”, se quejó una de las chicas, de 15 años, mientras que otra alumna opinó: “Me parece que está mal, porque los que se perjudican somos nosotros, los alumnos, ya que necesitamos nota y los profesores no toman ninguna decisión”.
Hubo términos medios, eso sí, bastante negativos respecto al futuro y los resultados de la lucha gremial: “Nosotros pensamos que los docentes tienen el derecho de pelear por su sueldo digno, pero perjudican a los estudiantes. Además el paro no tiene sentido porque nunca se llega a nada y en vez de recuperar su sueldo, se lo descuentan”.
Pero siempre hay excepciones. Algunos chicos se solidarizaron con el reclamo y hasta con la medida concreta, dejando de lado intereses personales y respetando el derecho a protestar de los maestros: “Lo que yo pienso es que estoy de acuerdo con ellos -los docentes- porque en verdad ellos se merecen ganar un poco más de dinero dado que no sólo trabajan cuatro seis horas, sino que también se llevan trabajo a sus casas. Esto lo sé porque tengo una tía que es docente y también a mi mamá que también lo es”.
También hubo otra vez una relación entre temas: “La mayoría no nos damos cuenta y pensamos en que vamos a hacer cuando no tenemos clases: Ir al caber, a los juegos, al centro, al canalito, pero creo que más que nada al caber a chatear, dado que es algo que le atrae a muchos chicos de mi edad, incluyéndome a mi”.
En definitiva, el tema que más de cerca les toca fue el tema sobre el que más opinaron. Se notó una gran desinformación y varios conceptos equivocados cuando de una lucha sindical se trata. En ningún momento se habla del gobierno provincial como protagonista del conflicto, como sí se lo hace, por ejemplo, de los padres. Tampoco se puso en discusión el porqué del reclamo, o si afectaba en alguna medida la calidad de la educación que se les brinda actualmente, más allá de los días sin clases.
Aunque hay una cuestión que resalta en cada uno de los escritos: Su preocupación frente a la posibilidad de perder materias por no poder acceder a un recuperatorio o a un examen postergado a causa del paro: “Por el paro, los chicos no pudieron recuperar las notas que tenían bajas para poder aprobar la materia y pasar de año”.
Además de esta cuestión, sobre las razones de los docentes en particular, el aumento de sueldo parece ser el único interés de los profesores, y parecen ser ellos además, los únicos capaces (y responsables) de terminar con la medida. “No estoy de acuerdo con el paro, porque nos perjudicamos tanto nosotros como ellos, porque a ellos les descuentan y nosotros por las notas”, se quejó una de las chicas, de 15 años, mientras que otra alumna opinó: “Me parece que está mal, porque los que se perjudican somos nosotros, los alumnos, ya que necesitamos nota y los profesores no toman ninguna decisión”.
Hubo términos medios, eso sí, bastante negativos respecto al futuro y los resultados de la lucha gremial: “Nosotros pensamos que los docentes tienen el derecho de pelear por su sueldo digno, pero perjudican a los estudiantes. Además el paro no tiene sentido porque nunca se llega a nada y en vez de recuperar su sueldo, se lo descuentan”.
Pero siempre hay excepciones. Algunos chicos se solidarizaron con el reclamo y hasta con la medida concreta, dejando de lado intereses personales y respetando el derecho a protestar de los maestros: “Lo que yo pienso es que estoy de acuerdo con ellos -los docentes- porque en verdad ellos se merecen ganar un poco más de dinero dado que no sólo trabajan cuatro seis horas, sino que también se llevan trabajo a sus casas. Esto lo sé porque tengo una tía que es docente y también a mi mamá que también lo es”.
También hubo otra vez una relación entre temas: “La mayoría no nos damos cuenta y pensamos en que vamos a hacer cuando no tenemos clases: Ir al caber, a los juegos, al centro, al canalito, pero creo que más que nada al caber a chatear, dado que es algo que le atrae a muchos chicos de mi edad, incluyéndome a mi”.
En definitiva, el tema que más de cerca les toca fue el tema sobre el que más opinaron. Se notó una gran desinformación y varios conceptos equivocados cuando de una lucha sindical se trata. En ningún momento se habla del gobierno provincial como protagonista del conflicto, como sí se lo hace, por ejemplo, de los padres. Tampoco se puso en discusión el porqué del reclamo, o si afectaba en alguna medida la calidad de la educación que se les brinda actualmente, más allá de los días sin clases.
El monitor, mi mejor amigo
“…se puede estar hablando con personas peligrosas, por eso tampoco no hay que abusar de los múltiples usos de: EL INTERNET”.
“…los juegos nos producen problemas mentales”.
Internet es sin duda el refugio moderno de los adolescentes. Hasta si están en un cuarto lleno de gente, mientras nadie les preste atención, ellos están en su salsa, se sienten seguros y resguardados de los peligros del “cara a cara”. Encerrarse en el cuarto ya fue.
Principales usos: El chateo, los juegos en red y en menor medida, los weblogs y la búsqueda de información. Se establecen relaciones, se conoce gente, se hacen planes y ni de chiste se propone ir a patear a la cancha durante una sesión de chat.
Los chicos saben que Internet es una vasta fuente de información, pero centran sus esfuerzos en dominar los diferentes niveles de un juego en el que el arma más inofensiva es una “bomba de plasma”.
“Yo voy de vez en cuando, por lo general los domingos, media hora o una, pero sólo es para chatear con mis amigas de Mardel”, Confiesa una alumna de 13 años, mientras otro alerta que “a las personas que se pasan horas frente a la compu se les daña mucho la vista”.
Vale la pena mencionar que se recolectaron opiniones que no se esperaban encontrar y algunos análisis que, aunque un poco improvisados, cumplen en aportar otros puntos de vista: “Algunas veces, muchos padres se quejan de que sus hijos pasan horas frente a la computadora, en un cyber o en sus propios hogares. Esto provoca que muchos adolescentes programen encuentros con otros chicos de su edad que conocieron a través del chat, sin que sus padres lo sepan. Estas situaciones, para mí, suceden cuando se pierde la comunicación entre un padre y un hijo”. Tomá
Los chicos saben la herramienta que tienen entre las manos cuando se sientan frente al monitor, pero como pasa con la televisión, cuanto más divertido es seguir charlando con los amigos, o conociendo gente, o mirar Mtv que por ejemplo, entrar a este weblog o poner un noticiero. “De todas maneras, creo que la tecnología forma parte de nuestras vidas, y por eso debemos saber aprovecharla”. Así pues sí.
Lejos de los huracanes… o eso creen
“…me produce una serie de miedo, ya que se encuentran en nuestro mismo continente y nadie sabe si va a pasar acá”.
Los huracanes era un tema en el cuál esperábamos recibir de los chicos un poco más que la descripción de un fenómeno meteorológico. Quizás era pedir mucho, pero no se mencionó ni de cerca la política de Bush frente a las catástrofes y la situación de los sectores carenciados de Nueva Orleáns. Quizás lo más solidario que alguien escribió fue: “Aunque a nosotros no nos ocurran estos problemas, generan mucha preocupación en la sociedad y en el mundo entero”
Eso sí, que les tienen miedo, les tienen miedo. Saben que están lejos de un huracán, aunque nadie sabe lo que deparará el futuro, y proféticamente advierten: “Para mí, la naturaleza se está ensañando por los daños que constantemente la gente hace sin tomar conciencia de que todo vuelve, AÚN MÁS FUERTE”.
Los manuales fueron de gran ayuda para abordar este tema, quizás tanto como la profesora de geografía: “El huracán Wilma, según expertos, fue muy difícil de predecir. Golpeó con toda su fuerza a la península mexicana de Yucatán, y, aunque perdió fuerza, sus lluvias torrenciales inundaron la zona hotelera de Cancún. Tras su paso dejó tres muertos y severos daños en toda la región”. Seguiremos informando. De
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